Tres Presentes
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Enero 10, 2010 |
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"Y al ver la estrella, se regocijaron con muy grande gozo. Y al entrar en la casa, vieron al niño con su madre María, y postrándose, lo adoraron; y abriendo sus tesoros, le ofrecieron presentes: oro, incienso y mirra". (Mateo 2:10-11) Y al ver la estrella, se regocijaron con muy grande gozo. Y al entrar en la casa, vieron al niño con su madre María, y postrándose, lo adoraron; y abriendo sus tesoros, le ofrecieron presentes: oro, incienso y mirra". (Mateo 2:10-11)
La Navidad es una de las fiestas más grandes que los hijos de Dios celebran cada año. En este día le damos gracias a Dios. Nos gozamos y celebramos a Jesús, quien nació como el Salvador para redimir a la humanidad de sus pecados y guardarnos de ir por el camino de la destrucción.
Alrededor de 2.000 años atrás nació un bebé quien se convertiría en el Salvador y traería esperanza y gozo a la humanidad. Los Magos recibieron la revelación del nacimiento de Jesús quien se convertiría en el Salvador. Ellos vieron la estrella de Jesús y la siguieron, y en Belén adoraron al niño Jesús. Como un obsequio por su nacimiento, le ofrecieron tres presentes de oro, mirra e incienso (Mateo 2:11). ¿Cuáles son los significados espirituales de los tres presentes que los Magos le ofrecieron al niño Jesús?
Primero: El oro representa espiritualmente nuestro corazón
El oro es uno de los metales más preciosos que la gente más aprecia en la Tierra. Simboliza riquezas y fortuna. En Mateo 6:21 leemos: "Porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón". Cuando le damos a Dios oro como ofrenda significa que le damos todo nuestro corazón y le ofrecemos todo lo que tenemos. No sólo deberíamos darle al Señor cosas materiales que poseemos, sino que también deberíamos estar dispuestos a ofrecerle lo más importante: nuestras vidas.
Marcos 12:42 describe a una viuda pobre que de su pobreza entregó todo lo que poseía, todo lo que tenía para vivir. Ella puso dos blancas, lo que equivale a un centavo, pero Jesús dijo: "De cierto os digo que esta viuda pobre echó más que todos los que han echado en el arca". En 1 Reyes 17 hay una escena donde una viuda de Sarepta sirve a Elías, un hombre de Dios, con lo último que le quedaba de comida para el sustento de ella y su familia. No tenía nada más que un puñado de harina en la tinaja y un poco de aceite en la vasija debido a la gran sequía. Ese sobrante de comida constituía nada menos que el salvavidas para su familia. Pero cuando ella ofreció este poco de comida a Elías, un hombre de Dios, Él bendijo su hogar. Ni la tinaja de harina ni la vasija de aceite se acabaron hasta que la larga sequía finalizó. De esta manera, el corazón con el cual le podemos dar al Señor todo lo que tenemos y podemos servir a Dios primero por encima de cualquier circunstancia aparentemente imposible, constituye el corazón que está estimado como bello a los ojos de Dios. Es el presente en el que se ofrece el corazón de oro.
Segundo: La mirra significa la fragancia de Cristo
La mirra despide un aroma dulce y elimina los malos olores. Espiritualmente la mirra simboliza la fragancia de Cristo. Por lo tanto, cuando nosotros desechamos todo tipo de maldad y emanamos la fragancia de Cristo con buenas obras, estamos simbólicamente ofreciendo mirra al Señor. Emanar la fragancia de Cristo significa que nuestro corazón ya ha sido circuncidado, por lo que todo nos va bien y podemos disfrutar de buena salud espiritual y corporal, como está registrado en 3 Juan 1:2 que dice: "Amado, yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud, así como prospera tu alma".
Por supuesto, cuando le ofrecemos al Señor todo lo que tenemos, así como los Magos le dieron oro, Dios recompensa con bendiciones de acuerdo a lo que hemos sembrado. Pero si hemos circuncidado nuestros corazones y emanamos la fragancia de Cristo, podemos agradar a Dios y recibir mayores bendiciones que las que hemos sembrado. Dios no sólo ve nuestras acciones sino que mide también nuestros corazones. Así, antes que nada, Él primeramente recibe con alegría la fragancia de nuestros corazones. Aquellos que aman al Señor con un corazón sincero se esforzarán al máximo para desechar cada forma de maldad. Consecuentemente, si hemos circuncidado nuestros corazones y hemos emanado la fragancia de Cristo, nuestro corazón debe darle al Señor cualquier cosa que tengamos sin escatimar nuestras vidas.
Tercero: El incienso tiene el significado de una fe inmutable.
El incienso es usado como antiséptico o preservante para prevenir la descomposición. Dar el presente del incienso simbolizaba ofrecer el corazón que es incorruptible. Significa que sin duda alguna dedicamos aun nuestras vidas al Señor. Si determinásemos vivir para El Señor para el resto de nuestras vidas después de haberlo conocido, no deberíamos mostrar temporalmente nuestra dedicación, sino con firmeza. Debemos servir al Señor todos los días de nuestras vidas. Para poseer un corazón invariable, ante que nada, tenemos que desechar toda forma de maldad. Si permanece cualquier forma de maldad o sentimientos adversos dentro de nosotros, podemos cambiar o corrompernos buscando nuestros propios beneficios o conveniencias.
Para poder darle a Dios estos valiosos presentes, ante todo debemos poseer el corazón que lo entrega todo al Señor. Debemos circuncidar nuestros corazones y desechar toda falsedad, y luego debemos llenar nuestros corazones con la verdad. Por último, si ofrecemos completamente nuestro ser al Señor con un corazón inmutable, este es el mejor regalo que podamos ofrecerle al Señor.
Amados hermanos y hermanas en Cristo, si los padres aman a sus hijos verdaderamente, ellos no escatimarán incluso sus propias vidas por sus hijos. Nunca se quejan o protestan aunque el niño no les retribuya con amor sacrificial. Eso es porque aman a su hijo más que sus propias vidas.
Aunque tuviéramos que llenar el océano de tinta y hacer los cielos de pergamino, no sería suficiente para describir el amor del Señor. Ansiosamente les insto a sentir el amor del Señor que está a su lado y que siempre lo alienta y le fortalece. Él ardientemente ora para que ustedes caminen por el camino correcto. Él es como el agua que surge del pozo que jamás deja de fluir. En esta Navidad yo deseo que ustedes comprendan los significados espirituales de los presentes de oro, mirra e incienso dados a Jesús, y que también ustedes le otorguen presentes verdaderos y valiosos al Señor.
* Si desea escuchar este mensaje con mayor detalle, puede visitar www.manmim.org y pulsar sobre "Palabra de Vida". Luego elija el tópico de los mensajes que desee escuchar.
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